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El hombre occidental está pasando por una de las crisis espirituales y morales más complejas de su historia. El cambio del paradigma medieval al moderno, y de éste al posmoderno, le ha descolocado interiormente, ha convulsionado la forma de entenderse a sí mismo, vaciado de valores su conciencia, minado su vida espiritual y moral, sin que de momento vislumbre una nueva etapa de mayor paz y estabilidad espiritual.
Por otra parte, el capitalismo, desde su convulsa visión pragmática y materialista, ha contribuido de forma brutal a vaciar aún más de valores al individuo, a la familia y a la sociedad, convirtiéndolos poco menos que en marionetas del sistema. De esta manera el hombre occidental se ha convertido, desde el punto de vista axiológico y moral, en un ser vacío y desnortado, probablemente menos feliz que en otras épocas, a pesar de los inmensos avances científicos y de los altos niveles materiales de vida.
Ante esta situación de emergencia, ¿qué debe y puede hacer este hombre, éticamente desnortado? Nuestra respuesta es: recuperar los valores perennes que, por esos misteriosos giros de la historia, han desparecido. La estructura íntima del hombre sigue siendo la misma desde hace miles de años; los dinamismos fundamentales de su ser no han cambiado, sus aspiraciones y hambre de trascendencia, tampoco. A esos valores, y a los nuevos que van surgiendo y que merecen la pena, tenemos que seguir ateniéndonos si queremos vivir como auténticos hombres.
320 págs. (21x13 cms)
« EL PODER DE LA ESCUCHA, Papa Francisco EL SACRAMENTO DEL HERMANO, Madre María Skobtsov »
ABADÍA BENEDICTINA